Dentro del marco de la campaña “Pongamos Voz al silencio. Denunciemos el maltrato y la violencia infantil”, compartimos nuevos elementos a tener en cuenta para combatir ese flagelo.
Denunciar el maltrato infantil es una obligación. Y es una obligación porque los niños y niñas no pueden protegerse a sí mismos ante los hechos de violencia familiar de los que pueden ser víctimas. Se trata, pues, de un acierto de la legislación el haber incluido esta categoría victimológica.
Para decirlo técnicamente, la denuncia es el acto procesal mediante el cual se pone en conocimiento de la autoridad competente una situación de hecho contraria a la ley, y tiene en sí misma una finalidad de protección y preventiva. Es protectora frente al peligro o riesgo actual en el que se encuentre el niño que es la víctima, en cuyo favor se procede a formular la denuncia; y es preventiva por cuanto tiende a evitar los peligros, riesgos o daños a los que podría estar expuesta en el futuro.
Si tomo conocimiento de que hay un niño al que están maltratando ¿Qué puedo hacer?
Todas las personas pueden hacer la denuncia si tomasen conocimiento o tuviesen la sospecha seria del maltrato.
Uno de los principales obstáculos para realizar la denuncia son los sentimientos personales del eventual denunciante. Muchos no se quieren “meter en problemas”. Otros, sencillamente, tienen temor de hacer la denuncia y estas barreras se acrecientan si el involucrado como acusador es un conocido, un familiar o un compañero de trabajo. Algunos creen que la denuncia no sirve para nada, o aun más, que ésta puede volverse en contra del niño a quien supuestamente se quiere proteger; otros opinan que pueden ayudar más si ellos mismos se acercan al niño y su familia. En muchos casos, los propios médicos, enfermeras, asistentes sociales, agentes sanitarios, psicólogos o docentes en general desconocen su obligación legal de realizar la denuncia ante la confirmación o sospecha de maltrato infantil.
Suele haber también problemas con la familia denunciada que rechaza y desmiente las sospechas; miedo a “inmiscuirse” en la privacidad de una familia e interferir o perjudicar aun más la relación entre padres e hijos; falta de compromiso de la escuela o directamente desaprobación de las autoridades a este tipo de denuncias. Los maestros deben estar más y mejor informados sobre el maltrato infantil en todas sus formas, y las autoridades de los establecimientos escolares, así como la comunidad en su conjunto, deben apoyar a aquellos que denuncian la sospecha del maltrato.
Son las autoridades escolares las que deben transformarse en participantes activos en la prevención del abuso infantil en cualquiera de sus formas.
¿Donde acudir?

Para comunicar la situación de maltrato puedes utilizar tres vías:
- Vía judicial: dirigiéndote a cualquier juzgado, comisaría o al fiscal , donde será preciso la identificación del denunciante mas cercano al domicilio del niño
- Vía administrativa: dirigiéndose ante cualquier servicio social de tu zona, ellos pueden iniciar la investigación, en caso de que no existiere dicho servicio local, concurrir al servicio zonal, quien tomará intervención y realizará seguimiento del caso
- Vía asociaciones: en la que puedes reservar tu identidad ya que es la propia asociación la que denuncia el caso a los servicios sociales correspondientes y realiza un seguimiento de la intervención de los organismos públicos con respecto al caso.
Todos podemos denunciar hasta la sospecha de un maltrato infantil, pero a su vez hay quienes están por ley obligados a hacerlo. Puede, aunque no es lo más frecuente, ser la misma víctima quien realice la denuncia, aun siendo menor de 14 años. Puede hacerlo cualquier persona que tuviera conocimiento del hecho. Comunicar el hecho o su sospecha es un acto de colaboración para lograr que se administre justicia, la cual tiene como fin último hacer efectivo un derecho.
Están obligados legalmente los representantes legales, quienes se desempeñan en organismos asistenciales, de salud, educativos y judiciales. Asimismo, quienes desde el ámbito público o privado tomen conocimiento o tengan la sospecha seria del maltrato.
Cualquier persona que tenga conocimiento de hechos de violencia. Esta categoría, llamada terceros no calificados, permite proteger a la víctima cuando las personas calificadas para denunciar no cumplen con su deber, lo cual equivale a incluir a todos los miembros de la sociedad como corresponsables de denunciar el maltrato o abuso de niños.
La omisión de denuncia pone de manifiesto la incomprensión frente a la gravedad del problema del maltrato infantil. Una denuncia oportuna puede prevenir ulteriores patologías, ya que el tratamiento adecuado de la violencia suele evitar futuras internaciones psiquiátricas, delincuencia juvenil, abusos sexuales, drogadicción, alcoholismo, entre otros problemas.
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