A través del secreto presidencial de 1963, Argentina se adhirió a esta fecha como homenaje y recordatorio del fallecimiento de Hugh Bennett, padre de la Conservación de Suelos, quien entre muchos otros logros forjó la ley de conservación de suelos en los Estados Unidos.
Bennett señalaba: “Es importante que el hombre se sienta dueño de la tierra, pero que a su vez se convierta en celoso custodio de su integridad en todos sus aspectos, es decir, hacerla producir al máximo, al menor costo posible, pero sin disminuir su productividad”.
Dejó, además, una experiencia amplísima en prácticas probadas y aprobadas en conservación de suelos, con una visión global sobre la problemática de su degradación.
Marco legislativo provincial
Córdoba tiene en vigencia dos leyes que hacen referencia a la cuestión. La primera de ellas es la 8936 que fue sancionada el 14 de junio de 2001 y que hace una declaración de orden público en todo el territorio provincial de: La conservación y control de la capacidad productiva de los suelos, la prevención de todo proceso de degradación de los suelos, la recuperación de los suelos degradados, y la promoción de la educación conservacionista del suelo.
La otra ley es la 8863 que fue sancionada el 5 de julio de 2000 y en su primer artículo autoriza la creación de consorcios de conservación de suelos dentro de la Provincia para que, una vez constituídos y reconocidos por la autoridad de aplicación, sean personas de derecho público, con capacidad para actuar privada y públicamente de conformidad con las leyes generales sobre la materia y las especiales referidas a su funcionamiento.
Trabajo en el norte
Siguiendo voluntariamente los lineamientos de estas dos leyes, en el norte cordobés se viene trabajando desde hace varios años sobre la problemática.
Una de las primeras medidas que se tomaron fue la de crear consorcios de conservación de suelo y agua -siete en total- y que son integrados por productores agropecuarios, autoridades municipales y comunales, consorcios camineros, y entidades intermedias como, por ejemplo, la Sociedad Rural de Jesús María, entre otros.

Respetar las divisorias naturales de las cuencas y subcuencas hidrográficas del área.
Respetar las vías de escurrimientos naturales de las cuencas y subcuencas hidrográficas del área.
Impedir que el escurrimiento de los excedentes hídricos pluviales se realice por caminos públicos.
Avalar prácticas de conservación de suelo y agua que muestren eficiencia y respaldo técnico de prácticas probadas y aprobadas tendientes a retener y disminuir los caudales escurridos.
Todo proyecto ejecutado o por ejecutar en el área de trabajo deberá estar aprobado oficialmente por los organismos competentes y avalado por el Consejo Asesor de la Comunidad Regional.
Promover, propiciar y difundir el plan de trabajo coordinadamente con los organismos involucrados.
Por otra parte, se puso en marcha un Plan Integral de Ordenamiento Hídrico del Norte Cordobés. La etapa más difícil fue la de lograr el involucramiento de los principales actores relacionados con la problemática hídrica, especialmente, los Ministerios de Agricultura, Ganadería y Alimentos y de Agua, Energía y Ambiente que hicieron aportes de fondos específicos para la concreción de obras, entre ellas, los microembalses de retardo temporario para Sinsacate, Colonia Vicente Agüero, barrio Sierras y Parques, Estación General Paz y Estación Juárez Celman.
Las intendencias municipales y las presidencias comunales, a su vez, tuvieron que encargarse de gestionar con los organismos públicos, con algunos propietarios de predios donde es necesrario hacer obras, y hasta financiando parte de las obras o de la mano de obra.
En el involucramiento también intervinieron las comunidades regionales, los consejos asesores de dichas comunidades, los consorcios de conservación de suelo y agua, los consorcios camineros, las entidades intermedias, y las poblaciones que se ven atravesadas por la problemática. Lógicamente, los productores agropecuarios son la otra pata esencial en la lógica de participación multisectorial.
Lo otro que ya se hizo fue la determinación del plan de obras prioritarias a ejecutar con maquinaria propia y fondos provinciales. La parte más difícil del trabajo es la que resta por hacer comenzando por la ejecución de las obras prioritarias, proceso que aún no comenzó.
También será de fundamental importancia la gestión del saneamiento y regularización de obras privadas y que fueron ejecutadas sin aprobación oficial, en el área del Plan Integral o en las áreas de consorcios de conservación de suelo y agua.
Finalmente, habrá que lograr la difusión permanente e información sobre los avances de obra para que las comunidades sepan en qué etapa del plan de ordenamiento de las cuencas hídricas se está.
Apuesta al futuro
Hacer un microembalse de retardo en la montaña, donde nadie lo ve, parece fuera de todo cálculo “político”, tan acostumbrado a la cosmética, al maquillaje, y no a las operaciones que traen soluciones a problemas de fondo.
Que un particular entienda que tiene que permitir en su campo la realización de una laguna de retardo o un microembalse también es algo que se escapa de las acciones que vemos frecuentemente.
“Existe una visión global del problema, se involucró a los actores principales y existe conocimiento sobre cuál es el problema y, más aún, cómo se soluciona. Se está actuando localmente pero sin perder esa visión global”, señaló David Torre, ingeniero agrónomo especialista en conservación de suelos, que aportó valioso material para estas reflexiones.
“Posiblemente -añadió Torre- sea el camino más largo, pero sabemos que es el más seguro y sustentable. Quiero homenajear a todos los pioneros en conservación de suelo y agua del norte cordobés por la firmeza y tenacidad con la que trabajan”.
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