Por: Leonardo Rossi (De nuestra Redacción)
El 30 de abril vence el plazo para realizar el nuevo Documento Nacional de Identidad (DNI) para aquellos jóvenes de entre 16 y 18 años que quieran votar legisladores nacionales este año, según dispuso el Ministerio del Interior. En Jesús María, sin datos oficiales, se estima en alrededor de 1.000 personas la población que sería alcanzada por la nueva ley 26.774, llamada de Voto Joven. Desde distintas ópticas locales se coincide en que la norma “amplía derechos” y empodera a la juventud.
A nivel nacional la nueva legislación, sancionada el 31 de octubre de 2012, abrió la puerta a que un millón 200 mil jóvenes puedan (la ley no obliga a) votar. En otras palabras, el padrón electoral crecería en más de 4,5 por ciento, si es que todos esos posibles nuevos votantes tramitan el nuevo documento.
A nivel provincial, unos 110 mil adolescentes podrían acceder al padrón para sufragar, en los comicios de los que surgirán representantes nacionales al Parlamento, según manifestó la Secretaría Electoral Federal de Córdoba. A nivel municipal no se ha relevado la cantidad de jóvenes en condiciones de votar. No obstante, extra oficialmente se estima en poco más de 1.000, en función de la cantidad de escuelas, turnos y estudiantes por curso.
Derecho y obligación
“Hay un cambio en la cultura”, sentenció Julián Domínguez, presidente de Diputados, la noche del 31 de octubre de 2012 cuando la Cámara Baja dio luz verde a la norma. “Los jóvenes saben lo que está pasando y quieren participar en la construcción de su presente y su futuro", remató el titular de los representantes del pueblo. Vale recordar que aunque fue impulsada por el oficialismo, la ley también fue militada por el centro izquierda (Frente Amplio Progresista y Proyecto Sur) y la Juventud Radical, entre otros espacios. Un consenso poco usual en los últimos años.
Más cerca en tiempo y espacio, existen en estas tierras quienes avalan la lectura de Domínguez, y de gran parte de la dirigencia política. Luis Sánchez (20), del colectivo juvenil que compone la Revista Carayá de Jesús María, entiende que “votar voluntariamente a partir de los 16 años habla muy bien del rol que ocupamos los jóvenes en la actualidad política”.
Desde el Área de Juventud municipal, Eliana de Buck interpreta que la ley “es una ampliación de derecho”, por un lado, y “una cuestión de responsabilidad” de esos nuevos votantes, por otro. Es decir, de informarse, conocer candidatos, propuestas, plataformas, e historia política antes de cumplir con el deber cívico de depositar la boleta en la urna.
En los últimos días, esta dependencia gubernamental realizó talleres en las escuelas secundarias para informar acerca de la nueva legislación y sus alcances. Como saldo positivo, para De Buck este marco que entra en vigencia “hace que la juventud sea más activa” y, en ese sentido, “podría realizarse un paralelo con lo que fue el voto femenino”, legislación lograda en 1947 por iniciativa de Eva Perón.
En primera persona
La palabra de Magdalena Blasco (15 años, a punto de cumplir 16), estudiante del Seminario, sirve de caso testigo. Con algunas dudas y cierta incertidumbre ante una nueva realidad que se avecina, esta adolescente analiza que el nuevo marco electoral brinda “una oportunidad buena para los jóvenes”. No obstante, reconoce que en su entorno “no se ve demasiado interés por la política” y teme una utilización de la juventud por parte de ciertos sectores políticos. Para Blasco su sector etario es “más fácil de convencer” a la hora de votar, a diferencia de los adultos. A pesar de estas observaciones, en su caso realizará el trámite del nuevo DNI para “aprovechar” la posibilidad de ejercer su derecho al voto.
Con pocos años más de experiencia, Sánchez no duda en señalar que “es muy importante la conquista de estos derechos” que sirven para catalizar “la posibilidad de participar como ciudadanos”, en primera instancia, y consecuentemente “decidir sobre qué políticas queremos para nuestra comunidad”.
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