Estuvo en el salón Constantina de la Sociedad Rural el pasado sábado 24 de septiembre. Previo al encuentro con el auditorio colmado, la psicóloga chilena aceptó compartir una conferencia de prensa con los medios de comunicación de nuestra zona.
Lo mejor que tiene Pilar Sordo es su sencillez. Pese a que goza de una gran fama en todo Latinoamérica y que sus libros se venden de a miles, mantiene un equilibrio envidiable, hecho de sentido del humor y sentido de humanidad al mismo tiempo.
¿La problemática del hombre y la mujer es la misma en cualquier parte de Latinoamérica?
- Es que yo no hablo de problemática. Lo que describo son las diferencias que nos hacen complementarios y nos ayudan a enriquecernos como seres humanos, como parejas, como compañeros de trabajo, como padres e hijos o madres. No estoy enfocada en los problemas. Lo que estoy tratando de demoestrar es cómo y por qué a veces se producen problemas sólo por no saber lo distintos que somos. Entonces, el aporte es más refrescante antes que enfocado a la crisis. Ahora, las problemáticas dentro de otros estudios son más o menos las mismas en todos lados. Todos queremos ser amados y amar. Por lo tanto, los conflictos que se generan son más o menos parecidos. Por eso, el saber lo distinto que somos y no esperar más allá de esas diferencias y entender que desde ahí y desde el amor y la voluntad uno puede complementarse, se pueden comenzar a solucionar esas problemáticas.
Has trabajado con investigaciones sobre niños, sobre parejas, sobre diferencia hombre y mujer ¿Qué otra cosa te gustaría investigar?
- Investigar me falta mucho. Ahora estoy concluyendo el quinto libro que se llama “Bienvenido, dolor” y que viene con todo un tema de investigación sobre la felicidad en América Latina y en el mundo hispano. Viene con todo el tema de las emociones, las enfermedades, las pérdidas, los duelos. Tengo en mi cabeza pensado, por ejemplo, el miedo que existe a envejecer que es un temazo social, a todo lo que hace que se arranque el curso natural de la vida. Me parece que, en general, como he tenido una vida muy difícil los disparadores tienen que ocurrir desde mí para sentir que allí hay un nicho interesante para ponerme a investigar. Si me dan más vida, habrá más investigaciones en el futuro.
¿Cómo ves el reclamo que encarnan los más jóvenes por la educación universitaria gratuita y de calidad en Chile?
- Siento que lo que se está pidiendo está bien pedido. Creo que es algo que en Chile hace mucho tiempo teníamos que revisar. Ellos han tenido el coraje de colocarlo encima de la mesa para poder discutir. Lo que me parece es que, lamentablemente y esto no le pasa a Chile solamente, es que hemos ido estructurando una sociedad que se basa solamente en los derechos y en los deberes no piensa nadie. Cuando una sociedad se coloca solo en los derechos, se coloca en una visión más egoísta y de pedir más que de dar. Creo que hay que darle una vuelta a eso. Llega un momento en que hay que pensar ‘cómo hago que mi país crezca’ y ‘cómo hago yo para que mi educación sea mejor’ y, por lo tanto, las movilizaciones tienen un tiempo, tienen un plazo, y tienen un acote en pro de poder de encontrar los encuentros. De ambos lados, tienen que ceder para poder seguirle curso a la vida. Siento que en eso hay que colocarse en el rol del dar y no solamente del exigir.
¿Cómo sentís como chilena todo lo que les ocurrió en el último tiempo como el accidente aéreo, el terremoto y tsunami, la noticia de los mineros?
- A mí me tocó duro en el accidente aéreo de Juan Fernández porque iban tres buenos amigos míos. Era muy amiga de Felipe Camiroaga, Felipe Cubillos y de Roberto Bruce y estoy viviendo el duelo como amiga pero también como chilena en el sentido de perder a 21 personas que estaban pensando en el deber y no en el derecho. A no-sotros nos ha tocado duro siempre y tenemos que aprender desde ahí a ser más agradecidos. Tenemos muy mala memoria los chilenos y eso nos juega en contra en los procesos de dolor. En cómo tenemos que aprender a salir adelante y hacernos más gozadores de la vida en este continuo tener que pararse que parece que eso lo hacemos muy bien. Tenemos que agradecer más lo que tenemos porque tenemos un gran país y creo que nos falta más el gozo dentro de nosotros.
¿En qué crees que radica el logro de poder atrapar por igual a hombres y mujeres en tus libros y conferencias?
- Siento que hay muchas cosas que no dependen de mí, que dependen de Dios que me las regala, pero de las que podrían depender de mí señalaría que logro traducir cosas muy complejas en un lenguaje muy sencillo -eso es una gracia- aunque mucha gente piense que lo mío es muy livianito porque lo abordo desde el sentido común. Pero eso no es fácil de hacer cuando uno ha hecho una investigación muy larga. Aplicar el sentido del humor creo que es otra clave. Además, por lo menos esta investigación la de viva la diferencia no muestra ningún género por encima del otro y, por lo tanto, termina con la competencia, elimina las rabias, y genera espacios de encuentro que el público termina por agradecer. Siempre invito a las conferencias a la familia entera. Me encanta que vayan desde los chicos a los grandes porque creo que todo lo que pasa ahí después se traslada a la mesa. Eso es lo que quiero que pase: la posibilidad de volvernos a encontrar y volver a conversar que es lo que tanta falta nos hace.
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(N de la R. Durante toda la conferencia, Pilar Sordo antecedió sus opiniones con la palabra “Creo”, no dejó sentado nada como definitivo ni incuestionable. Hizo reír a los presentes y hasta se prestó para una sesión de fotos. Realmente admirable)
Primer Día
Colonia Caroya
conferencia
jesus maria
pilar sordo
950 personas fueron a escuchar a Pilar Sordo

Claudio Minoldo
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