Si el empresario Euclides Bugliotti no hubiese abierto la
boca, respecto de que la Nación financiaría la construcción de una acueducto
para llevar agua desde el río Carnero hacia Salsipuedes, probablemente Colonia
Caroya se hubiese enterado del proyecto con las obras en marcha.
Ésta es la sensación que les quedó a los funcionarios
caroyenses y miembros del Consejo Directivo de la Cooperativa que mantuvieron
una reunión el pasado miércoles con el titular de la Subsecretaría de Recursos
Hídricos, Luis Eduardo Salomone.
Se confirmó que el proyecto existe y que hay apoyo político
para que se haga ya que fue una promesa de campaña del gobernador entrante José
Manuel de la Sota. Lo que nadie dice, porque el proyecto aún no fue girado al
municipio de Caroya, es en qué momento pasó la evaluación de impacto ambiental
que debe tener un proyecto de estas características.
Por el momento, quedan más preguntas que respuestas. ¿Por
qué al anuncio de obras lo hace un empresario y no el intendente de
Salsipuedes? ¿Por qué la celeridad de comenzar obras de prospección y cateo,
previos a la realización de una perforación que extraiga el recurso? ¿Dónde
están los estudios técnicos que avalen los dichos de que el acuífero que
alimenta al río Carnero tiene un reservorio suficiente como para alimentar a
varias poblaciones más que las que actualmente alimenta? ¿Por qué no ponen en
marcha el proyecto que Salsipuedes ya tiene, con un desembolso similar al que
proponen -25 millones de pesos- para extraer agua de un lugar más cercano? ¿Por
qué no aprovechan las vertientes naturales que están surgiendo en la zona de
Los Quebrachos y Las Astillas? ¿No resultará sumamente oneroso hacer un
acueducto que lleve agua a Salsipuedes cuando hay un desnivel de 260 metros
entre ambas localidades? ¿Hacer cuatro estaciones de bombeo intermedias, no
supone un consumo de energía muy elevado?
En fin, todos esos cuestionamientos surgieron de la reunión
que mantuvieron autoridades municipales, legisladores provinciales, productores
agropecuarios y vecinos en la mañana del jueves, momento en que se analizó qué
tipo de medidas habría que encarar para detener la realización de las obras.
Visiblemente molesto, el intendente electo, Luis Grión, se
quejó de que el proyecto para hacer una nueva galería filtrante para sumar agua
al canal San Carlos lleve seis años cajoneado en la Subsecretaría y este otro
se haya conocido de la noche a la mañana y se anuncie su motorización casi
inmediata.
También se molestó por la falta de notificación que le
formularon al municipio habida cuenta de que, aunque no tenga jurisdicción
sobre el agua, cualquier obra que realicen tendrá que atravesar necesariamente
el ejido municipal.
De inmediato, acordaron que los intendentes de la región
formularían una solicitud para que el gobernador Juan Schiaretti los reciba y
les comunique la veracidad de los proyectos para poder plantear los reparos.
Paralelamente, los productores no descartaron la posibilidad
de iniciar en la Justicia Recursos de Amparo para frenar las obras hasta que
haya claridad en términos de sustentabilidad y cuidado del ambiente sobre la
extracción y trasvasamiento de cuenca hídrica que piensan hacer.
Finalmente, se formó la Mesa del Agua, donde se analizará
cómo preservar el recurso de ahora en adelante.
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