No hubo ningún discurso. Solamente las palabras del director de Cultura que antecedieron los ritos de entonar el Himno Nacional acompañados por la Banda de Música de Gendarmería Nacional, los acordes del minuto de silencio, y la entonación del Himno a San Martín.
En medio, se le cedió la palabra al cura Párroco, Julio César Aguirre, para la bendición del momento: “Necesitamos de tu inspiración para comprender hoy, más que nunca, los deberes para con nuestra patria argentina. Necesitamos la energía de tu gracia para cumplir con decisión, aceptando todos los sacrificios inherentes a nuestras responsabilidades ciudadanas. Enséñanos a amar nuestra patria que es un don de tu amor, a cuidarla como un don precioso, a cumplir nuestros deberes ciudadanos. Ilumínanos para que podamos estimularnos unos a otros a vivir como ciudadanos responsables, honestos, y justos. Así mostraremos hasta qué punto el encuentro con tu amor puede cambiar nuestras vidas, renovar la sociedad”.
“Que la huella y el espíritu sanmartiniano alienten hoy la generosidad de los argentinos y te pedimos para que lo hagas partícipe de tu gloria eterna a quien vivió con gestos grandes de solidaridad para con sus hermanos”, concluyó.
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