En septiembre de 2010, un centenar de vecinos protestó ante las autoridades de Estación General Paz por la construcción de una planta de tratamiento de residuos patógenos. La protesta tuvo que ver con el desconocimiento sobre la naturaleza del proyecto, la escasa información que hubo respecto del tema.
Todo inició en marzo de 2010 cuando General Paz le otorgó a la empresa Lobo Ambiental SRL una prefactibilidad de uso de suelo que derivó en la petición a la Secretaría de Ambiente de Córdoba de un estudio de impacto ambiental que fue aprobado por el organismo. Después, vinieron las peticiones al Ministerio de Industria sobre cómo construir el edificio para amortiguar cualquier impacto negativo. Finalmente, una inspección de Bomberos Voluntarios de Jesús María, a través del comisario Mayor Juan José Nievas que encontró el lugar en las condiciones de seguridad que se necesitan para funcionar.
Lobo Ambiental está integrado por varios socios gerentes que, a su vez, están al frente de empresas que se dedican actualmente al transporte de residuos patógenos, entre ellas, Ecología del Sudeste, Transer, y Ecogroup (San Luis). En la planta, invirtieron 4 millones de pesos para que cuente con todas las condiciones de infraestructura que garanticen la mayor seguridad.
En la planta de General Paz pretenden tratar los residuos patógenos, es decir los dese-chos clínicos y farmacéuticos resultantes de la atención médica para la salud humana y animal. Y ofrecen como opción de tratamiento la destrucción por autoclave (esterilización a alta presión sobre residuos triturados). Desde la empresa aseguraron que no se trata del método por incineración, y que no tienen habilitación para tratar ningún tipo de amputación.
Cómo operará la planta
El servicio que ofrecerá Lobo Ambiental SRL comienza con la entrega de bolsas de 120 micrones con una capacidad aproximada de 5 a 15 kg, precintos para cerrarlas y etiquetas para identificar cada bolsa. La recolección y pesajes de los residuos se realizarán en cada punto de generación de patógenos (clínicas, hospitales, veterinarias), con vehículos especialmente equipados y habilitados para la tarea. De hecho, ya adquirieron una unidad por un valor cercano a los 500 mil pesos.
Luego de transportado, se descarga en la planta de tratamiento, se introduce en cámara de frío, y se procesa con Autoclave. El resultado: el residuo queda asimilable al domiciliario -libre de contaminantes- y es trasladado al vertedero controlado más próximo, probablemente el que Crese tiene para la ciudad de Córdoba.
Daniel Tossen, socio gerente del emprendimiento, explicó que se trata de una tecnología amigable con el ambiente y que se utiliza desde hace muchísimo tiempo en clínicas y hospitales para esterilizar instrumental. “Queremos que la comunidad se quede tranquila porque somos serios, no somos ningunos improvisados, e hicimos el proyecto con los mejores profesionales. Nuestra intención no hacer nada de prepo sino con el aval de la comunidad a la que invitamos se acerque para sacarse sus dudas”, indicó.
La apertura de la planta está prevista para dentro de unos 30 días, generará 14 puestos de trabajo directo, además de los tributos que dejará a la Municipalidad y la Cooperativa de Agua y Luz.
Carlos Borgobello, jefe comunal, señaló que la planta no funcionará hasta tanto no completen los trámites municipales que precisan, aunque se mostró más tranquilo cuando Raúl Montenegro de FUNAM le explicó los beneficios del tipo de industria que se montó en la localidad. Precedida de una polémica, la planta está en condiciones de comenzar a operar.
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