Pues bien, yo, en un artículo publicado en este mismo semanario, prometía volver sobre algunos puntos que merecen una corrección.
Una de las afirmaciones negativas era que “no existe el Espíritu Santo”. No quiero dejar pasar estos días de Pentecostés, sin dar una aclaración a partir de lo que nos dice la Sagrada Escritura. Hay que recordar las palabras de la carta de Pedro: “Pero, ante todo, tengan presente que ninguna profecía de la Sagrada Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres, movidos por el Espíritu Santo ¡han hablado de parte de Dios!” ( 2 Pedro, 1, 20-21) Aquí ya tenemos una afirmación clara y solemne de que hay un Espíritu Santo, como inspirador de la palabra de Dios.
Yo me limito tan sólo al Nuevo Testamento.
1) En Lucas leemos esta respuesta a la pregunta la Virgen “¿Cómo será esto (se refiere a la concepción de un hijo) puesto que no conozco varón?” El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (Lucas 1,34-35)
2) También en Lucas (3,21-22) “Jesús, ya bautizado, se hallaba en oración, se abrió el cielo, bajó sobre Él, el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma: y vino una voz del cielo: " Tu eres mi hijo: yo. Hoy, te he engendrado”
3) Es en Juan donde tenemos la revelación completa de la promesa y luego sobre la misión del Espíritu Santo.
La promesa: “Yo pediré oí Padre y el le dará otro paráclito (que significa Abogado) para que esté con ustedes. Para siempre” (Juan 14,16) “Yo les digo la verdad: les conviene que yo me vaya porque, si no me voy, no vendrá el Paráclito” (Juan 16, 7)
La misión: “Mucho tengo todavía que decirles, pero ahora no pueden con ello. Cuando venga el Espíritu de la verdad, los guiará a la verdad completa”. (Juan 16,12-13)
El gran acontecimiento de Pentecostés
Antes de subir al cielo, Jesús dijo a los apóstoles: “No se vayan de Jerusalén, sino aguarden la promesa del Padre que oyeron de mi” (Hechos 1). “Ustedes recibirán una fuerza, cuando el Espirítu Santo venga sobre ustedes y de este modo serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra”.
Después de todo esto ¿Podemos decir que el Espíritu Santo no existe? ¿No habrá que decir que por negarlo no se comprenden las Escrituras, aun cuando se citen páginas enteras? “Ven, Espíritu Santo y I envía desde el cielo un rayo de tu Luz... Sin tu ayuda divina, nada hay en el hombre, nada que sea inocente. ¡Da a tus fieles que en Tí creen, tus siete sagrados dones!”
Y con la Iglesia Católica, todos los cristianos decimos: Y creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que procede del Padre y del Hijo. Amén.
Vivo en Salta y quisiera saber si el padre Pacifico tiene un e-mail adonde escribirle. Lo conozco desde hace muchos años y quiero comunicarme. Gracias! Soy Patricia von Fischer, mi direccion es patriciavonfischer@hotmail.com
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