El semanario que hoy está entre sus manos es el producto de varios meses de desvelos, durante los cuales hubo que elegir qué comunicar, cómo comunicarlo, y con qué recursos costear la distribución gratuita de cada domingo.
¿Otro punto de vista?, ¿Otra herramienta que ayude a mitigar la necesidad comunitaria de informarse?, ¿Otra manera de instalar temas que suelen escaparse de la agenda diaria?
Un poco de todo eso sería la respuesta a la pregunta acerca de qué pretensiones tiene el flamante lanzamiento de Primer Día. Aunque, a decir verdad, el proyecto es mucho más pretencioso aún porque intenta ser un medio a través del cual se pueda canalizar el variopinto caudal de opiniones que genera nuestra inquieta comunidad regional.
A través de estas páginas, los lectores podrán formular todo tipo de aportes, desde la recomendación de algún libro, la crítica sobre algún disco, o la opinión sobre algún espectáculo hasta la denuncia de algún hecho donde se esté trasgrediendo la ley, donde se estén vulnerando
derechos colectivos, o donde simplemente se esté poniendo en riesgo la paz social.
Ningún tema puede quedar fuera de esa agenda y serán ustedes -los lectores- quienes
ayuden a alimentarla.
Decálogo de principios
A continuación, y a modo de manual de estilo de Primer Día, enunciamos cuáles con
los principios a los que adherimos como profesionales de la comunicación.
1. Reconocemos a la democracia, el pluralismo y la tolerancia como valores esenciales en el ejercicio de la profesión de periodista, tal como se acordó en el Foro de Periodismo Argentino
(FOPEA) cuando se redactó el Código de Ética.
2. La información completa, exacta y diversa es una de las garantías más importantes de la libertad y la democracia.
3. Los periodistas deben enfrentar cualquier tipo de restricciones, presiones y amenazas que puedan limitar la búsqueda de información y su publicación. Pero ese genuino reclamo hecho
con firmeza no justificará abandonar las buenas maneras. Los modos prepotentes resultan inadecuados en el desempeño profesional aun cuando al periodista se le interponen vallas para hacer su trabajo.
4. El buen gusto es un valor que debe ser atendido. La curiosidad escatológica, la estridencia innecesaria, la morbosidad y el desprecio por la sensibilidad de las minorías son algunos de sus
enemigos.
5. Los sobornos son una falta grave. Ningún periodista debe aceptar pagos, dádivas ni privilegios de ningún tipo de poder, sean o no ofrecidos con intenciones explícitas de incidir sobre un manejo informativo particular.
6. La búsqueda de la excelencia es una constante en la vida de un periodista y eso incluye su capacitación permanente. Como la lengua es su herramienta fundamental, debe esmerarse en el correcto uso del castellano, con un léxico rico, cultivado, refractario a las vulgaridades y destinado a la comprensión masiva.
7. El periodista sirve al interés público, nunca a intereses sectoriales ni personales.
8. Debe ser honesto y, también, parecerlo. Tiene que evitar los conflictos de intereses que comprometen su imparcialidad. El hecho de que un periodista declame su honestidad e imparcialidad no convierte un conflicto de intereses en aceptable. El aspecto de un conflicto de interés es tan perjudicial como un conflicto verdadero.
9. El estado profesional no es apto para obtener beneficios personales.
10. No indicar que un suceso noticioso fue descubierto por otro periodista de otro medio e informar el hecho como si fuera un hallazgo propio es una explotación deshonesta del trabajo
ajeno y también constituye, por lo tanto, una forma de plagio. Las primicias ajenas deben ser atribuidas a quien corresponda, sin ahorrar la adjudicación del mérito, cuando se considere necesario informar sobre ellas.
Menudo compromiso
Vale la pena reseñar que los principios que hemos enunciado en este decálogo no están incluidos en ninguna ley, de modo que su cumplimiento corre por cuenta de quien quiere asumir el compromiso de ser mejor para comunicar mejor.
Creemos que vale la pena intentar autoimponerse límites, que vale la pena desaprobar los métodos reñidos con la decencia, la honestidad, y la transparencia. Por eso, queremos que los
lectores de Primer Día sean los guardianes de esos principios, quienes obren como la voz de la conciencia cuando observen que nos apartamos de estos principios que tan claramente han sido enunciados en FOPEA.
De modo que los invitamos a que tomen las páginas que tiene este semanario y analícenlas de arriba para abajo, de atrás para adelante, y no tengan miedo de formular una crítica, una
aclaración, de aportar otra mirada.
De este lado, habrá siempre un oído atento, un silencio respetuoso, una mirada profunda, y una enorme convicción de que se pueden hacer cosas para que nuestra comunidad mejore, para que nuestros hijos crezcan en una sociedad madura y con un profundo respeto por la libertad.
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En un mar de palabras, la riqueza de la pesca,
ResponderEliminardependen del temple y la destreza
del capitán y sus marineros...
pero más dependen,
de la calidad de las aguas,
y la buena voluntad de los peces.
AFAT
Mis mejores deseos!
Buena pesca, buenos mares, buenos peces!
Alguien me habló muy bien de tu semanario versión impresa, así que lo busqué en google y llegué a esta versión. Felicitaciones por el emprendimiento! HAcía falta un sitio con análisis periodístico de los eventos locales !
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